Hace unos días, en el taller de gráfica, pude utilizar los materiales que tenía a mi alcance para hacer fotogramas para una animación. Tuve tinta China, pinceles duros, pinceles y hojas de oficio que Mauricio me dio. Gracias a él se habilitó ese espacio y pude comprender que nos basamos en la metodología de Munari. Esto me llevó a investigar sobre él y así entendí su metodología y entendí cómo se relaciona con el ramo. Es lo que hemos hecho siempre, y sin saber eso, utilicé esa metodología cuando realicé la animación.
Mi problema era que debía hacer una animación, recopilé datos a lo largo de mi paso por la carrera y la asignatura y los analicé. Fue entonces cuando Mauricio me dijo que debía elegir un objeto y utilizarlo como protagonista para una animación.
Quise, en base a los materiales y herramientas, experimentar con lo que tenía, y como tenía tinta china, fue este elemento, el objeto elegido.
TINTA CHINA.
La tinta fue mi objeto, y pensando en hacer una narración con ella, conté cómo se cae desde el cielo y aterriza en una superficie, y que al desparramarse, genera una imagen, una mancha. Es un relato gráfico de cómo la tinta es utilizada para crear, de cómo la tinta china en su característica de acuosa, y por lo tanto caprichosa y accidental, se genera una imagen. La imagen en este caso es una cara de angustia porque la historia de la animación es el derrame de tinta... angustiante no?
Derramar tinta es algo que muchas veces puede no gustar y generar inquietud. La misma que se expresa en la figura resultante.
Así es como experimenté y reconocí la animación desde el dibujo y la gráfica en papel, haciendo fotogramas. Herramientas que me llevaron a un resultado.
Este es mi primer acercamiento a la creación de animaciones, sin pretender un resultado prolijo, solo acercarme, entender y asociar. Por lo que puedo decir, que el objetivo se logró.
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